Armas De Grecia Y Roma Fernando Quesada Pdf
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Por tal razón, la causa fundamental de la victoria romana, según Polibio, radica en su flexibilidad y posibilidad de enfrentar los problemas donde se presenten, sin importar ni la orografía, ni otros posibles problemas para desplegar el ejército. De esta manera, al comandante romano y sus delegados se les presenta una ventaja estratégica mucho mayor que a sus homólogos helenísticos, pudiendo enfrentar al enemigo donde se presente la oportunidad sin la necesidad de utilizar únicamente un tipo de terreno y con determinadas características. Por otra parte, permite también extender las luchas y evitar las derrotas totales, en vista que no toda la posibilidad de victoria o derrota en una guerra por medio de batallas decisivas se vuelve una necesidad imperiosa como en el caso de la falange. Esto explicaría, por ejemplo, que si bien la legión romana pueda perder batallas frente a la falange (como ocurrió con Pirro), a la larga la victoria romana estaba prácticamente segura, gracias a que su facilidad para adaptarse al terreno y sacarle la mayor rentabilidad, le permitía mantener las operaciones mucho más tiempo, pudiendo presentar batalla en lugares mucho más complejos y en menor tiempo que su rival helenístico. Además, por si esto no fuera poco, la forma de combatir de la legión en el campo, en donde el legionario posee un amplio espacio donde poder desenvolverse con sus armas, en conjunto con la flexibilidad de la maniobra y la posibilidad de atacar en diferentes momentos (ímpetus), no dependiendo solo de una única carga, genera sin duda una ventaja táctica sin igual. Polibio lo expone de una manera mucho más clara:
Por otra parte, los romanos habían comprendido la necesidad de reformar constantemente su forma de luchar a medida que fueron sumando más y más enemigos producto de su expansión por la península itálica. Como otros pueblos latinos, hasta mediados del siglo IV, la estructura básica del ejército estaba conformada por el modelo macedónico extendido por todo el Mediterráneo, es decir, una falange principal apoyada por tropas de caballería, arqueros, etc28. Dicho ejército estaba organizado por estamentos sociales, las cuales se asociaban a su peculio. De esta manera, aquellos con mayores ingresos podían portar las mejores armas y ubicarse en el lugar más decisivo de la batalla, al contrario de los últimos tres, los cuales iban pobremente armados y muy pocas veces realizaban actos de real importancia en el combate29.
Los soldados arrojaban sus jabalinas, o pila, y corrían para luchar de cerca contra su enemigo con sus mortales espadas cortas, el famoso gladius de doble filo forjado con acero hispano, un arma mucho más letal y versátil que la pica macedonia. Los escudos rectangulares servían a menudo como armas de ataque, puesto que los legionarios utilizaban sus refuerzos metálicos para golpear las zonas desprotegidas del cuerpo del enemigo. Gracias al uso combinado de la jabalina, el enorme escudo y la espada de doble filo, los romanos resolvieron el viejo dilema de elegir entre un ataque con armas arrojadizas y uno cuerpo a cuerpo, entre la movilidad y el choque, y combinaban las ventajas de ambos39.
La batalla se desarrolló en una llanura que atravesaba un río, el Leucus. Perseo toma la iniciativa, provocando una gran impresión por parte de los romanos al ver su formación de avance58. Cruza el río después de resolver una escaramuza entre las tropas ligeras de ambos bandos y despliega sus tropas al modo clásico macedónico, con las filas de sarissas al centro y la caballería a los flancos. Por su parte, Emilio responde ubicando a sus legiones en el mismo sentido, situando sus mejores tropas de infantería al centro, para frenar así el avance de la falange. La situación comienza a decantar a favor de Perseo, hasta que en un momento la línea flaquea por ir descompensando la formación en varios puntos, producto de la orografía de ese sector, más escarpada. Al verlo, los diferentes oficiales romanos ubican a sus legionarios entre esos huecos, acercándose lo más posible a las líneas de falangitas los cuales, producto de sus largas armas no pueden maniobrar adecuadamente. La línea termina rompiéndose en innumerables puntos, con las filas de legionarios colándose y masacrando cuanto macedonio pudieron encontrar. Finalmente, Perseo al ver su línea completamente rota, decide huir con los restos de su caballería hacia su capital, dejando en el campo más de 20.000 muertos59. Livio nos describe el momento decisivo de una forma muy clara, exponiendo de hecho las razones de la victoria:
Finalmente, la batalla de Magnesia (190 a.C.), se desarrolló en el contexto de las guerras entre Roma y el imperio Seleucida de Antíoco III, el cual también vio la posibilidad de la derrota romana apoyando a los cartagineses, pero el avance romano por el Mediterráneo al parecer era imparable. En este combate, la disposición orográfica era muy favorable, debido a la planicie en donde se desarrolló la batalla, lugar en el cual el rey pudo no solamente desplegar sus líneas de falange con total facilidad, sino también utilizar elementos como carros falcados y muchísimos elefantes, los cuales dispuso entre las unidades de su infantería, con el fin de hacer aún más impenetrable la formación61. De esta manera, las tropas helenísticas se presentaban como un frente muy amplio, divido en dos alas, en dónde la derecha estaba dirigida por el propio rey y la izquierda por su hijo, Seleuco62. Sin embargo, el apoyo de los aliados romanos como el rey de Pérgamo, Eumenes, que sabía muy bien derrotar a estas novedosas armas, cargó y desbarató el ala izquierda de Antíoco, utilizando tropas ligeras como arqueros y jabalineros. Al romper la formación en este punto, la tropa romana avanza, es frenada por la firme línea de falangitas, pero éstos al ver lo que sucede en el ala izquierda y el destrozo que se produce, comienzan a ser rebasados por los flancos. De esta manera los seleúcidas pierden su formación, los elefantes son dispersados por jabalinas y pila (lo que genera que arrollen cualquier cosa que se encuentren por delante), provocando el pánico entre los hombres del rey. Comienza entonces la huida y la victoria se decanta otra vez de parte de Roma. Los seleúcidas pierden prácticamente la totalidad de su ejército aquel día63.
Ante tales situaciones, no podemos suponer meramente, que el análisis más general de Polibio deba ser la única causa. Es correcto que la apreciación de la flexibilidad romana es un factor importante, ya que puede presentar batalla de muchas maneras, pero también es que la línea de falanges cuando estuvo correctamente asentada y en lugares adecuados para maniobrar, resistió sin problemas. Las falanges en las cinco batallas, al momento de luchar no cedieron un metro al ver a los romanos cargar en su contra, aguantaron sin problemas sus ataques e incluso, soportaron momentos en que sus líneas estaban siendo fuertemente atacadas con armas arrojadizas, no perdiendo nunca su formación, solo hasta que la situación era insostenible. Su rigidez, al parecer no fue la causa de su pérdida, sino que más bien fue la razón de mantener tan trabados y complejos combates. 2b1af7f3a8